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Carlos Reyes sujeta a su hijo Brian, 6 años, mientras la enfermera Debi Hortt le vacuna contra la gripe estacional en la Clínica de la Inmunización de la ciudad de Provo (Utah). Sin embargo, según la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la Investigación de Vacunas, Marie-Paule Kieny, esta vacuna no es efectiva para prevenir el nuevo virus AH1N1. Kieny recordó que la fabricación de vacunas resulta de un complejo proceso que, en algunos casos, ha hecho imposible formular vacunas para determinadas enfermedades, como el sida.
Carlos Reyes sujeta a su hijo Brian, 6 años, mientras la enfermera Debi Hortt le vacuna contra la gripe estacional en la Clínica de la Inmunización de la ciudad de Provo (Utah). Sin embargo, según la directora de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la Investigación de Vacunas, Marie-Paule Kieny, esta vacuna no es efectiva para prevenir el nuevo virus AH1N1. Kieny recordó que la fabricación de vacunas resulta de un complejo proceso que, en algunos casos, ha hecho imposible formular vacunas para determinadas enfermedades, como el sida.
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La vacunación en masa fue algo que comenzó a darse a principios del siglo pasado para luchar contra enfermedades contagiosas y evitar su propagación.

El buscar inmunizar a la población o a ciertos sectores de esta es lo que hizo posible la intervención del gobierno en dicha cuestión en 1962, el cual dejó de ser desde entonces un asunto personal para convertirse en uno comunitario, y posteriormente obligatorio.

El problema con las vacunas es que no hay estudios suficientes que respalden la ausencia de riesgo en su uso, mucho menos en su aplicación en masa; o que nieguen los efectos a largo plazo con los que se les han ligado -autismo, convulsiones, inflamación cerebral, retraso mental, discapacidades de aprendizaje, Síndrome de Muerte Infantil en pocos casos, etc.

Conteniendo bacterias (vivas o muertas), toxinas como el mercurio, el thimerosal, el phenol, el aluminio, formaldehídos, entre otras cosas, la mayoría pueden causar reacciones adversas, incluyendo la misma enfermedad que intentan curar o prevenir y hasta daños irreversibles.

Aunque las vacunas han hecho más bien del daño que han causado, cualquiera que se enterara sobre los riesgos que conlleva el aplicarlas, pediría que se siguieran haciendo estudios exhaustivos para mejorar su calidad y su potencia en la cura y erradicación de enfermedades, cosa que no esta sucediendo.

Los estudios hechos para su aceptación en el mercado son obviamente insuficientes, y por lo tanto dudosos.

Hoy en día, el blanco principal de estas vacunas en masa son los niños.

En los Estados Unidos, se espera que a los 5 años de edad, estos hayan recibido 45 dosis de 14 vacunas diferentes en forma indiscriminada. Y es la cantidad la que causa consternación. La dosis múltiple expone al infante a distintos tipos de bacterias y virus simultáneamente, lo que podría afectar su organismo en forma negativa.

Existen casos documentados, como el de la vacuna del rotavirus, la cual causó reacciones adversas y fue removida en 1999, o como la vacuna DTP, la cual fue causa de 300 casos de demandas en contra de las fábricas que las hicieron debido a los efectos secundarios que causaron en los niños en la década de los 80.

En 1981, Japón proveyó una vacuna más segura llamada DTaP debido a la cantidad de muertes causadas por la DTP en los 70, pero no fue sino hasta 1996 que Norteamérica decidió usarla. El gobierno decidió esperar 15 años para usar una versión más segura.

Otro tipo de problemas surgidos por vacunas fue el llamado Síndrome del Golfo. Según el Microbiólogo Howard Urnowitz, PhD, debido a la aplicación de 17 tipos diferentes de vacunas y una droga experimental, muy probablemente decenas de miles de soldados desarrollaron debilidad en su sistema inmunológico, dolor de cabeza, cambios de personalidad, pérdida de memoria, entre otras cosas.

Estas y muchas otras controversias han surgido en torno a las vacunas.

Para colmo de males, un registro de inmunización fue creado en 1995 con datos del Seguro Social, adquiridos sin el consentimiento de la ciudadanía.

El gobierno, siendo contralor de dicho registro, vigila y rastrea electrónicamente a los padres que no hayan vacunado a sus niños.

Esto no solo ataca la privacidad y la libertad de opción médica que cada quien tiene, sino también su derecho a elegir.

Ya en las escuelas públicas existe una obligatoriedad en cuanto a vacunar a los niños se refiere. Si el padre se niega a que les apliquen una o más vacunas, sus niños no pueden ser admitidos como alumnos.

A través de estos reglamentos, vacunas inseguras como las actuales son forzadas sobre nuestros niños.

Si a usted le dieran una medicina contra una enfermedad que no tiene y le dicen que existe una probabilidad de que le cause un daño irreversible, ¿la tomaría? ¿o se la daría a su hijo? El hecho es que lo está haciendo constantemente.

La idea de vacunación en general es buena y ha salvado muchas vidas; pero la idea de distribuir vacunas que deberían aun estar en fase de estudio y de obligar a la gente a recibirlas me parece completamente errónea.

Es obvio que las instituciones que deberían controlar cuáles vacunas salen al mercado están haciendo un pésimo trabajo.

En el caso del Rotavirus, se pudo comprobar que la FDA (Administración de Alimentos y Medicinas en inglés), tenía entre sus miembros accionistas en compañías farmacólogas que habían producido dicha vacuna, por lo cual, existía un interés de su parte porque sus productos fueran aprobados aun sin haberse confirmado su seguridad.

SUMARIO

En conclusión, sin transparencia en nuestro sistema de salud, resulta temeroso el aceptar la obligatoriedad que el gobierno impone sobre el asunto de las vacunas.

En un sistema democrático y con una constitución como la nuestra, el exceso de control del gobierno sobre su ciudadanía resulta paradójico.

¿Hasta que punto puede tener un gobierno control sin ser considerado fascista?

En nuestro país, el poseer armas para protección propia y el decidir la procreación son consideradas como decisiones individuales aun; pero tal vez no esté muy lejos el día en que se prohíba la una y se limite la otra en pro de la seguridad y el bienestar demográfico dada nuestra realidad actual.

¿Será que el pueblo de Estados Unidos está permitiendo un gobierno con exceso de control?

Organismos como el Banco de Reserva Federal controlado por poderosos y para poderosos, la creación de leyes anticonstitucionales como el Acto Patriótico y el respaldo legal de tratados de libre comercio que, como la historia nos lo muestra, solo han beneficiado a poderosas corporaciones, no hacen más que confirmarnos ese hecho.

Según las palabras de Ron Paul, Congresista del estado de Texas, “el control legislativo de intereses especiales existe en el gobierno, y esto representa claramente un peligro para nuestro sistema constitucional.”

La democracia en nuestro país es un fiasco.

Y es que un gobierno democrático solo puede ser posible cuando existen una mayoría de ciudadanos informados y activos en la política y en la comunidad.

Probablemente el sistema de gobierno que tenemos es, al fin y al cabo, el que merecemos actualmente por nuestra pasividad y apatía.

Los escaños políticos actualmente representan una oportunidad de lucrar a través de defender intereses especiales. El hecho de que grandes empresas patrocinen las campañas políticas es lo que causa dicha lacra en el sistema.

Ellos crean las leyes en común acuerdo con dichas empresas y luego nos pasan la cuenta a nosotros, quienes estamos demasiado ocupados viendo el televisor y no nos damos cuenta de lo que pasa realmente.

Somos nosotros los que hemos ido permitiendo este tipo de gobierno y somos nosotros quienes debemos cambiarlo a través de nuestra participación.

Mándenos sus comentarios a rmsandoval@live.com

Si desea consultar las columnas anteriores, visite

– Columna I El control extendido y el gobierno: ¿buena combinación?

– Columna II El gobierno y el control de la seguridad

– Columna III El control en la economía